El Dr. Spock y su influencia en la psicoeducación

Comprendemos por psicoeducación todas aquellas medidas, acciones, sugerencias y/o publicaciones que influyen positivamente en la salud mental de las personas o bien de la sociedad en general. Estas acciones tienen un sentido, generalmente, anticipatorio o preventivo y proveen de las herramientas prácticas para su realización.

          La mayor parte de estas medidas están dirigidas a los padres de familia, instituciones (privadas o del Estado), y profesionales de las ciencias de la salud mental. Tienen como propósito evitar el efecto psicopatológico, tanto personal como social. Dicho en pocas palabras, son aportes personales o institucionales que ofrecen medidas de prevención primaria en la salud mental.

          La presente publicación comenta uno de los capítulos más lamentables de la psicoeducación, al considerar la influencia que, en la segunda parte del siglo pasado, tuvo el médico pediatra Benjamín Spock en USA y, por extensión, en una gran parte de la pediatría, psiquiatría y psicología de nuestro mundo occidental. Esta influencia perdura, aún, en muchos ambientes relacionados con las ciencias de la salud mental infantil y familiar.

          Benjamín Spock fue un famoso médico pediatra norteamericano graduado en la Universidad de Yale. Estudió también en Columbia y Cornell. Además de Pediatra se formó en psiquiatría (Psicoanálisis). Autor del libro sobre psicoeducación infantil y familiar más difundido de las últimas décadas. En 1946 publicó Baby and Child Care (Tu hijo), y el cual fue traducido a más de 38 idiomas.

          Su insistencia en el cariño en vez de la disciplina, influyó en muchos padres de familia, pediatras y profesionales de la salud mental que adoptaron una actitud permisiva en la educación de la generación de los años sesenta.  Los resultados personales y sociales fueron la formación de una generación de individuos antisociales e indiferentes ante la autoridad y las normas que rigen el comportamiento social. El Yo hipertrofiado y de fuertes rasgos narcisistas se impuso ante la solidaridad, la compasión y la caridad ante el otro. Spiro Agnew dijo de Spock que era el padre de la permisividad y que alentó, con su sistema de crianza permisiva, la anarquía juvenil de las generaciones de los años 60 y 70.

          Las indicaciones del Dr. Spock eran esencialmente que los padres traten a los hijos con espontaneidad, confianza, sentido común y cariño, más que con disciplina. En las sucesivas ediciones del libro en inglés, del que se han vendido más de 43 millones de ejemplares, el doctor Spock matizó sus tesis, sobre todo acerca de la disciplina.

          Es menos conocido su último libro, A Better World for Our Children (Un mundo mejor para nuestros hijos), donde Spock aborda el papel de los padres ante una situación personal y social cuyo deterioro contempló con desánimo.

          Spock, nacido en 1903 y fallecido en 1998, fue candidato en las elecciones presidenciales de USA en 1972 con una plataforma ideológica que proponía la legalización del aborto, la homosexualidad y el uso de la marihuana, así como el retiro inmediato de las tropas estadounidenses en países extranjeros (Benjamin Spock en Wikipedia. 22. 0 4. 24).    

          Entre las patologías psicosociales que Spock reconoce como de influencia en la personalidad infanto-juvenil, menciona la inestabilidad matrimonial, el aumento de las familias monoparentales y de niños abandonados o maltratados, el materialismo nihilista que predomina sobre los valores espirituales, la ideologización de las actitudes sobre la sexualidad o el incremento de comportamientos violentos. Spock sabía la fuerza de esas situaciones sociales, pero en su libro no deja de confiar en los padres, a quienes sigue proponiendo “el amor mutuo y el razonar a los hijos como los mejores caminos para motivar su buen comportamiento”.

          Muchos expertos en salud mental han criticado que, con sus métodos, el doctor Spock fomento una actitud demasiado permisiva de los padres. Pero en sus últimos años (de madurez y criterio basado en la evidencia clínica), reconoció la necesidad de que los padres transmitieran a sus hijos no solo afecto sino especialmente firmes valores éticos: “He llegado a la conclusión de que muchos de nuestros problemas son debidos a la carencia de valores espirituales”. También consideraba que ser un padre cariñoso no está reñido con la autoridad. Así, en una conferencia pronunciada en la Universidad de Toronto para promocionar sus libros, aclaró: “Podéis ser a la vez muy firmes como padres y muy agradables como personas. No hay que echar broncas a los hijos: hay que mostrarles soluciones”.

          Spock, afirmó: “El problema más corriente, en el momento actual, es este: los padres tienen miedo de mostrarse firmes ante sus hijos. Les falta confianza.” Por lo anterior apeló a la relación paterno-filial basada en la confianza en sí mismos. “Confiad en vosotros mismos: sabéis más de lo que creéis. Los hijos no quieren ni admiran padres blandos. Necesitan claridad y firmeza”.

          Spock, en Toronto, enumeró los problemas que la sociedad actual plantea a las familias: violencia en los medios de comunicación, divorcio de sus padres, adulterio, drogas y suicidio juvenil. Respecto a la violencia intrafamiliar afirmó que vuelve a las personas en seres insensibles. Sobre el adulterio y el divorcio expresó que “no dudéis de consultar a un psiquiatra experto en temas familiares antes de optar por la ruptura conyugal”. En cuanto al suicidio juvenil comentó que “Es triste y alarmante; las cifras se han cuadruplicado en veinte años”.

          En su obra A Teenager’s Guide to Life and Love, afirmaba que la mejor educación sexual que puede recibir un adolescente es el ejemplo de dos padres que se quieren y se respetan mutuamente. Esta afirmación nos recuerda los criterios que caracterizan a la “familia funcional” que publicó el Dr. S. Minuchin en su obra Families and Family Therapy y que podemos resumir en la importancia de la fortaleza de los siguientes factores:

  1. Autoridad
  2. Coaliciones
  3. Identidad
  4. Comunicación y capacidad de expresión emocional y humor básico
  5. Capacidad para resolver problemas
  6. Capacidad de generar miembros autónomos
  7. Sistema axiológico firme

          Recordemos, finalmente, que el planteamiento doctrinal-teórico que propuso Spock, en su aporte a la psicoeducación, no era original ni novedoso. Su difusión obedeció más bien a su prestigio personal (pediatra clínico y sus libros que se convirtieron en best sellers, desde la cátedra universitaria).

          El planteamiento psicoeducativo de Spock fue, inicial y formalmente propuesto por Juan Jacobo Rousseau (1712-1778), quien afirmaba que el niño es bueno por naturaleza, pero que la sociedad lo convierte en malo, por lo anterior se debe dejar al niño sin el influjo orientador de los padres que trazan y elaboran proyectos de vida para sus hijos, creyendo que es lo que más les conviene y que la sociedad termina por imponer sus ideologías. Al final, si se influye axiológicamente en el acto educativo, los niños y jóvenes, después los adultos, al ser privados de su natural bondad y libertad terminarán siendo personas tristes, rutinarias, amedrentadas y conformistas.

          Los criterios educativos de Rousseau, influyeron notablemente no solamente en Spock, sino en la escuela inglesa de Summerhill que dirigió A.S. Neill. Este educador combinó el planteamiento de Rousseau con el psicoanálisis freudiano. En este modelo educativo (llamado modelo libertario), se propone dejar hacer al niño lo que el desee.  La labor del educador es, según este planteamiento, preservar al niño de la opresión social impuesta a través de los padres y sus normas de crianza.

Concluimos este ensayo recordando que en nuestro medio universitario, donde se forman los profesionales que tienen, entre su labor asistencial y docente, el deber de proporcionar a la población los criterios psicoeducativos que orientan a las jóvenes generaciones de padres de familia y/o futuros profesionales, de una u otra forma, se siguen transmitiendo los conceptos de Rousseau, Neill y Spock.

          Las jóvenes generaciones de padres y profesionales siguen aplicando el viejo criterio de que los niños no necesitan disciplina ni criterios axiológicos firmes y estables. Se difunden los vetustos y dañinos criterios, ahora revestidos con lenguaje nuevo, según las ideologías contemporáneas preconizadas desde la Organización de Naciones Unidas y otras instituciones que pretenden imponer el neocolonialismo ideológico en sacrificio de la salud mental de niños y jóvenes. Estos no solo cuadruplican sus índices de suicidio, como ha dicho Spock, sino son saturados de graves conflictos psicológicos al fomentar el rechazo al orden natural y ontológico.

          Resulta vergonzoso para la enseñanza y práctica de la medicina actual, saber que la actual generación de niños y adolescentes se enfrenta con el severo dilema bioético de la ciencia positiva. Ahora se retrasa la adolescencia, a través de un bloqueo hormonal del eje hipotálamo-hipofisiario-gonadal, para no dar oportunidad al uso de la reflexión y el libre albedrío. El uso de fármacos que infantilizan el cerebro se denominan fármacos de género.

          La doctora Hillary Cass, pediatra, en Inglaterra, ha estudiado, durante 4 años, los efectos de los fármacos utilizados para retrasar la pubertad. En 2020, Finlandia ha indicado que la mejor manera de tratar medicamente la disforia de género en adolescentes no es la impregnación cerebral hormonal sino la psicoterapia (psicoterapia de reorientación). En Inglaterra 5,800 niños están en lista de espera para su tratamiento con fármacos de género.        

          Finalmente, podemos afirmar que, en nuestra época actual, existen, afortunadamente, correctos, confiables  y eficientes criterios psicoeducativos, los cuales se pueden ofrecer a los padres de familia que han recurrido a un proceso de terapia familiar, orientación o psicoeducación; en estos procesos se puede recurrir a los trabajos de expertos en educación y psicología como son Victor García Hoz, Gustavo González Villanueva, Jesús Urteaga, José Luis González Simancas, David Isaacs, Antonio García de Gudal, Guillermo Diaz-Plaja, Antonio Millan-Puelles,  entre otros.  

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