La persona (generalmente mujer jóven) que padece bulimia, independientemente de su imágen o físico, cursa con miedo irracional a engordar y sentimientos permanentes de insatisfacción corporal. No es capaz de controlar sus impulsos con la comida y no puede resistir el deseo de realizar, generalmente por la noche, un atracón. Se trata de un trastorno de la alimentación caracterizado por episodios reiterados de comer de forma compulsiva, excesiva cantidad de alimentos en poco tiempo con el fin de calmar un estado crónico de ansiedad.
Existen algunos indicios que pueden alertar sobre la bulimia y que sirven para detectar un patrón de conducta alimentaria que puede ser muy problemático.
Observa los siguientes síntomas:
1. Restringir crecientemente alimentos grasos o con altos contenidos en hidratos de carbono.
2. Tendencia a prolongar el tiempo dedicado a comer hasta quedarse sola y deshacerse con facilidad de la comida. (generalmente esconderla).
3. No reposar tras las comidas y realizar ejercicios exagerados, largas caminatas o carreras y llevar un control excesivo de las calorías y del peso (pesarse frecuentemente).
4. Ir al baño tras la comida y provocarse el vómito que generalmente enmascaran con ruido para disimular.
5. El vómito reiterado provoca lesión en los dientes por la acidez del contenido gástrico.
6. Cambios de carácter: como retraimiento, irritabilidad, apatía, baja autoestima, insomnio y mal rendimiento escolar o laboral.
7. Búsqueda constante de información sobre dietas, recetas de cocina y nutrición.
8. Suelen establecer relaciones de amistad o noviazgo que oscilan entre la sumisión y el control de las personas. Si son adultas casadas, desarrollan una vida sexual con muy poca gratificación y adoptan, generalmente, una actitud evitativa.
Si ha detectado alguno o varios de estos síntomas en algún hijo o persona conocida, anímele a que acuda al psiquiatra para que les ayude.
Recuerde que un diagnóstico precoz puede hacer que el tratamiento sea más corto y efectivo para el paciente.